Es una improvisación teatral infantil, que relata la historia de unos animalitos  que viven en la selva, acompañados y comandados por el Adita de los buenos deseos. 

La historia inicia cuando el Adita trata de contarles un cuento a todos los amiguitos visitantes de la selva (publico), para lo cual utilizara su cajita de los buenos deseos, utilizando sus polvito de los buenos deseos  a favor de la imaginación de sus invitados. El conflicto comienza cuando el Adita olvida el cuento y con ello se ve obligada a pedir ayuda; para hacer esto más rápido pide a sus invitados le cuiden su cajita de los buenos deseos, aceptando ellos, el Adita sale de prisa en busca de ayuda para recordar el cuento dejando la cajita con sus invitados, en eso aparece el maloso Chango Marango, el cual no tiene amigos,  se porta muy mal con su mama, no va a la escuela, no se lava la boca, no se baña, y sobre todo no cuida su alimentación y es muy grosero; al encontrarse con los invitados del Adita, echa a andar su ya reconocida reputación y después de interactuar con los invitados y discutir con ellos, encuentra la cajita de los buenos deseos del Adita, la toma y se la lleva adueñándose de ella.

Cuando el Adita vuelve, sus amigos los invitados le dan a conocer la noticia y ella se entristece, pero rápidamente pide ayuda a uno de sus amigos, es así como llaman al pequeño y temeroso Ratón, para que  juntos intenten encontrar al maloso Chango Marango. Después de interactuar  el Adita y el Ratoncito con los invitados, deciden ir a buscar al chango, para lo cual el Ratoncito pide a los invitados que cuiden de su PRODUCTO, ya que si lo lleva a la búsqueda podría perderlo y él quiere disfrutar de su rico y delicioso PRODUCTO. Salen pues en busca del Chango Marango, sin notar que el chango llegaba nuevamente al lugar, una vez llegado el Chango Marango al lugar donde se encuentran los invitados,